La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) recuerda en su 31º congreso nacional que se trata de un tratamiento con prescripción médica, que debe acompañarse de cambios en el estilo de vida, con la adopción de una dieta saludable y el aumento de la actividad física.
13 de junio de 2025 – La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha recordado durante su 31º congreso nacional, celebrado del 12 al 14 de junio en Canarias, que la obesidad no es un problema estético, sino una enfermedad crónica y compleja que, en sus casos más graves, está relacionada con hasta 16 problemas de salud del llamado síndrome cardiovascular, renal y metabólico. Entre ellos, se encuentran la hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, hiperlipidemia/dislipidemia, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular, enfermedad cardiovascular aterosclerótica, enfermedad renal crónica, embolia pulmonar, trombosis venosa profunda, gota, enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica, cálculos biliares, apnea obstructiva del sueño, asma, enfermedad por reflujo gastroesofágico y osteoartritis.
Con la tendencia en aumento, se prevé que la obesidad en adultos afecte al 37% de los adultos en 2035 en España. Para abordar de forma correcta este importante problema de salud pública, expertos de diferentes Grupos de Trabajo de la SEMG, pertenecientes al área de Diabetes, Cardiovascular, Endocrinología y Nutrición, han recordado que es necesario un abordaje multidisciplinar dentro del congreso nacional de la sociedad científica, que se celebra estos días en Las Palmas de Gran Canaria y donde se ha realizado una actualización sobre las nuevas herramientas disponibles.
El tratamiento farmacológico para la obesidad y el sobrepeso se recomienda como parte de un enfoque integral que incluya cambios en el estilo de vida, con la adopción de una dieta saludable y el aumento de la actividad física, según recomienda la Guía Española del manejo integral y multidisciplinar de la obesidad en personas adultas, de cuyo Comité multidisciplinar forma parte la SEMG.
El objetivo de la pérdida de peso es la mejora de la salud, ya que se estima que perder un 5% del peso mejora por ejemplo el control de la hipertensión y de la glucosa, mientras que pérdidas superiores al 15% aportan un significativo beneficio en pacientes con enfermedades cardiovasculares o insuficiencia cardiaca.
Entre las nuevas opciones terapéuticas para el abordaje de la obesidad, se encuentran los medicamentos antidiabéticos, usados inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero que también son efectivos contra la obesidad y determinadas enfermedades cardiovasculares. Esto es debido a los efectos que produce el propio fármaco a nivel de sistema nervioso central, disminuyendo el apetito y enlenteciendo el vaciado del estómago, lo que produce sensación de saciedad.
Los nuevos fármacos que ya están disponibles, más allá de su mayor o menor eficacia sobre la pérdida de peso, están demostrando que tienen un efecto directo en otras comorbilidades de la obesidad tan importantes como algunas patologías respiratorias, enfermedad cardiovascular, problemas osteoarticulares, hepáticos e incluso algunos tipos de cáncer.
Banalización de los riesgos
A pesar de que se trata de medicamentos sujetos a prescripción médica, se ha producido un incremento notable en su demanda al producir una pérdida notable de peso. Su uso se está popularizando y, en cierta medida, banalizando, lo que podría acarrear riesgos para la salud. En este punto, los expertos de SEMG reiteran en su 31º congreso nacional siempre deben ser los profesionales especializados quienes deben prescribir estos fármacos en aquellos casos en los que se cumplan las condiciones autorizadas, con un estricto control y seguimiento médico, dentro del sistema sanitario. Además, su indicación debe acompañarse con dieta y ejercicio, es decir, un cambio de hábitos para que sus efectos beneficiosos sean duraderos en el tiempo.
Los representantes de SEMG recuerdan que ningún medicamento es inocuo, especialmente en personas que no tienen diabetes ni obesidad. Entre los efectos secundarios que se describen en ficha técnica, los principales y más frecuentes son náuseas, vómitos y otros trastornos digestivos.
Estos nuevos medicamentos están indicados como complemento a una dieta baja en calorías y a un aumento de la actividad física para el control del peso, incluida la pérdida y el mantenimiento del peso, en adultos con un Índice de Masa Corporal (IMC) inicial de 30 kg/m2 (obesidad) o ≥ 27 kg/m2 a < 30 kg/m2 (sobrepeso) en presencia de al menos una comorbilidad relacionada con el peso (por ejemplo, hipertensión, dislipidemia, apnea obstructiva del sueño, enfermedad cardiovascular, prediabetes o diabetes mellitus tipo 2.