El médico de familia Galo Aguirre González fue uno de los sanitarios desplazados al Sahara por la Fundación SEMG Solidaria entre los días 28 de noviembre y 5 de diciembre con el objetivo de formar al personal sanitario de la zona y prestar asistencia sanitaria en los campamentos de refugiados. El doctor Aguirre nos da más detalles sobre esta experiencia vital en la que pudo participar gracias al apoyo del Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA).
¿Dónde ejerce su labor asistencial?
Ejerzo mi labor asistencial como médico de familia en Asturias desde hace 20 años. En concreto, desempeño mi labor en el Centro de Salud Puerta de la Villa de Gijón.
¿Qué llevó a unirse a la última expedición del Sahara organizada por la Fundación SEMG Solidaria?
Me animé por amistad al doctor Manuel Mozota, presidente de la Fundación SEMG Solidaria y director de la expedición. Quería conocer en primera persona la extrema situación del pueblo saharaui tras su guerra con Marruecos.
¿Cuál fue su función allí?
Mi función fue trabajar pasando consulta de médico de familia, supervisar los proyectos realizados por la Fundación SEMG solidaria y formar a los enfermeros en el nuevo Colegio de médicos saharauis.
¿Le pusieron facilidades desde el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA) para poder liberarse esos días de actividad y poder viajar?
En el SESPA me dieron apoyo sin condiciones para realizar mi labor allí como médico cooperante, como está contemplado en el estatuto del cooperante, fueron ejemplares.
¿Qué lecciones ha aprendido durante su estancia en los campamentos saharauis?
He aprendido lo importante que es un país con una estructura social y económica fuerte, lo dañina que es la guerra y lo mal que lo pasa la gente sencilla en estas situaciones, que sufre y muere por cosas que muchas veces podrían evitarse con un sistema de salud mejor. También lo mucho que ayuda que gente cooperante eche una mano, aunque sea pequeña, a esta población que sufre tanto, y lo mucho que nos ayuda a nosotros para valorar todo lo bueno que tenemos en España.
¿Recomendaría esta experiencia a otros médicos de familia?
Por supuesto que recomendaría la experiencia. De hecho, la considero una experiencia fundamental. Conocer lo que son los centros de salud o la atención sanitaria en sitios donde no hay dinero, no hay recursos, donde es difícil derivar a los pacientes, donde a veces en el hospital de referencia tampoco hay recursos… Se sufre mucho, la gente sufre mucho porque no hay donde ir muchas veces, no hay quien te opere, no hay quien te pueda dar esas medicinas.
La verdad que es una experiencia fundamental para entender el mundo en toda su amplitud y valorar también más así lo que tenemos. Ser conscientes de que, a esta gente que lo está pasando tan mal, hay que ayudarlos. Tenemos una responsabilidad como personas de ayudar a personas que lo están pasando mucho peor.