La osteoporosis es una enfermedad de gran prevalencia e importancia que afecta al esqueleto, haciendo que los huesos sean de menor calidad, más frágiles, y por ello más propensos a sufrir una fractura. El tratamiento de estas fracturas hace que se incremente el gasto sanitario, disminuya ostensiblemente la calidad de vida de quienes la padecen e, incluso, que aumente su riesgo de mortalidad.
Por ello, sigue constituyendo un reto para los profesionales de la Atención Primaria, porque, a pesar de sus consecuencias, sigue estando infradiagnosticada, no se valora suficientemente su importancia, no se conocen los factores que aumentan el riesgo de fractura y no se detectan precozmente a aquellos pacientes que tienen un alto riesgo de sufrir una fractura en los próximos años.
De hecho, estando ante un paciente con una fractura, ni tan siquiera se piensa en la posibilidad de que ésta pudiera ser una fractura por fragilidad, una fractura osteoporótica.
Esta situación se sucede no solo en las consultas de Atención Primaria, sino también en los servicios de Atención Secundaria u hospitalaria. En varias encuestas realizadas entre profesionales de Atención Primaria, se observa la poca importancia que se presta a factores de riesgo tan importantes como el riesgo de caídas, los antecedentes familiares de fractura, la pérdida de altura, o la menopausia precoz, todo lo cual debería alertar sobre la falta de conocimiento de la osteoporosis.
Es mi intención, aportar mi ilusión y mi trabajo para tratar de colaborar en la difusión del conocimiento de la osteoporosis, y conseguir que seamos capaces de valorar adecuadamente en los pacientes el riesgo de padecer una fractura por fragilidad, detectando precozmente a aquellos que presentan un mayor riesgo, y plantearnos las medidas preventivas más eficaces, efectivas y eficientes.
J. Carlos Bastida Calvo