El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en la población femenina, con una tasa de curación que se sitúa por encima del 80%. El incremento progresivo de su incidencia, asociado al envejecimiento de la población y al efecto del cribado poblacional, junto al descenso de la cifras de mortalidad justifican la presencia de un mayor número de pacientes que son largas supervivientes (LSV) de cáncer de mama.