La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó en 2017 el tercer reto mundial de seguridad del paciente “Medicación sin daño”, en el que recomienda establecer actuaciones de mejora de la seguridad de la medicación en tres áreas prioritarias: las transiciones asistenciales, la polimedicación inapropiada y las situaciones de alto riesgo. Posteriormente, en su 74ª Asamblea Mundial celebrada en 2021 adoptó el “Plan de Acción Global para la Seguridad del Paciente 2021-2030”, que incide en la necesidad de implantar medidas para mejorar la seguridad de la utilización de los medicamentos, centradas en las recomendaciones recogidas en el tercer reto “Medicación sin daño”.