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abordaje compartido depresion 2018. portadaPara las personas con un problema de salud mental, la Atención Primaria suele ser el primer punto de contacto con el sistema sanitario y, de hecho, la mayor parte de los pacientes con depresión son atendidos en este ámbito, a menudo sin la participación de otros niveles asistenciales. Sin embargo, para proporcionar una atención óptima a los problemas de salud mental, y en particular a la depresión, el médico de familia necesita poder trabajar estrechamente y colaborar con los servicios psiquiátricos de referencia.

Aunque la psiquiatría de enlace es un concepto tradicionalmente bien establecido, la evidencia científica que le da soporte es poco concluyente; el modelo está escasamente definido y a menudo no va más allá de la derivación, entendida como la simple transferencia de la responsabilidad asistencial de un nivel asistencial a otro, o la interconsulta y discusión conjunta de casos. En general, existe acuerdo en cuanto a que la mejora de la detección, el tratamiento y los resultados clínicos de la depresión requieren nuevos modelos asistenciales que integren la atención a la salud mental en la Atención Primaria, que se considera el ámbito asistencial más idóneo para el manejo de los problemas de salud mental más comunes, entre ellos la depresión.

El nuevo concepto de atención compartida contempla un espectro amplio de colaboración y consiste en un sistema estructurado para lograr la integración de las actuaciones de los diversos profesionales involucrados en la atención a la depresión6. Básicamente nos referimos al médico de familia y al psiquiatra, aunque a menudo los modelos de atención compartida incorporan a la enfermera de Atención Primaria (que actúa como care manager) y también al paciente empoderado (y, por extensión, a su familia y allegados) como una parte activa del equipo terapéutico y del manejo compartido. Otros modelos podrían incluir, además, distintos estamentos profesionales: el psicólogo clínico, el trabajador social, etc.
Desde una perspectiva biopsicosocial, la atención compartida proporciona a los pacientes el manejo integrado de la comorbilidad, la accesibilidad y la continuidad de la atención, que son elementos característicos de la Atención Primaria, combinadas con los beneficios de la atención especializada.

Un sistema de atención compartida para la depresión debe incluir protocolos y procedimientos comunes, una definición de las actividades compartidas y de los niveles de responsabilidad asumidos por cada estamento, sin que esto signifique delimitar espacios de responsabilidad o atribuciones impermeables y excluyentes, así como procedimientos adecuados para comunicar o compartir información (ágiles, fiables, accesibles, etc.), esenciales para esta integración asistencial.
Aunque la depresión se ha definido fundamentalmente como un trastorno del estado de ánimo, las alteraciones cognitivas parecen constituir una parte nuclear de la sintomatología y ya forman parte de las definiciones nosológicas del trastorno. En la depresión no solo aparece sintomatología afectiva o física, sino que en los últimos años un creciente número de trabajos procedentes del campo de la neurociencia, la clínica y la neuropsicología han mostrado que entre un 20 y un 60 % de los pacientes depresivos muestran diferentes alteraciones en las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo, entre otros dominios cognitivos. Existen alteraciones cognitivas en la mitad de las muestras de pacientes con primeros episodios y algunas de estas alteraciones persisten al alcanzar la remisión clínica.

 

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